Un viaje al exterior suele ser un viaje al interior
- Mar Nuñez
- 6 oct 2019
- 1 Min. de lectura
Emprender un viaje es de las experiencias más bonitas y transformadoras. Tienes la oportunidad de ver el mundo a través de otro lente y, aunque tengas un boleto de regreso, la persona que se va nunca será la misma al regresar.

Siempre resulta emocionante escoger un nuevo destino. Sentir la dicha de ver un sueño cumplido, pensar en ese lugar que por tanto tiempo imaginaste y saber que pronto estarás allí con tus cinco sentidos, disfrutando de todos los sitios que algún día viste en fotos pensando “Cuando esté ahí…”, pero esto, es tan solo el comienzo del verdadero recorrido.
Emprender un viaje es una experiencia transformadora. Te permite ver el mundo bajo una
nueva perspectiva y, aunque en un comienzo creas que lo único que te llevarás serán miles de fotos y recuerdos, realmente lo que atesoras en cada una de estas experiencias es invaluable.
La persona que emprende una aventura nunca es la misma que regresa a casa, todas las vivencias que vas teniendo a lo largo del camino, te harán simplemente diferente.
Entregarse a estas experiencias, estar presente en cada momento, recorrer calles, conocer gente, reconocer los aromas de los lugares, sonreír, vivir, servir, contemplar y agradecer, es lo que permitirá que el viaje sea no solamente al exterior sino también al interior.
Cuando pones todo el corazón en las huellas que vas dejando a tu paso, simplemente la magia sucede y de esta forma algo dentro de ti cambia. Cambias tú, cambia tu realidad, y cambia tu mundo, ¡cambia para siempre!
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