Hacer silencio no es lo mismo que callar
- Isa Correa
- 8 oct 2019
- 1 Min. de lectura
Buscamos silencio para encontrarnos, buscamos silencio porque nos sentimos aturdidos, buscamos silencio cuando queremos tomar una decisión, buscamos silencio porque en él hay paz.

Pues bien, ese silencio no es solo físico (emitir sonidos o hablar), también es corporal, mental y emocional. Una actitud de silencio implica no solo silenciar las palabras, también implica silenciar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones.
Con nuestro cuerpo comunicamos, hacer silencio con el cuerpo es encontrar una postura de centramiento, una postura neutra, que nos permita entrar en un estado de calma, de paz, de apertura.
Una vez logramos hacer silencio con nuestro cuerpo podemos ocuparnos de hacer silencio con nuestra mente, hacemos mucho ruido con nuestros pensamientos tanto que nos aturden y no nos dan claridad. Hacer silencio mental es bajar la intensidad de los pensamientos, una pequeña práctica es enfocar la atención en nuestra respiración.
Una vez que hemos hecho silencio con nuestras palabras, cuerpo y pensamientos nos es más fácil hacer silencio emocional. La razón es simple, lo que pensamos desencadena lo que sentimos.
Cuando unimos estos silencios: el corporal, el mental y el emocional podemos decir que estamos en una actitud de #silencio, en una actitud de reflexión para la acción, en una actitud de paz de serenidad, de encuentro con nosotros mismos.
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